Esta mañana a las nueve, me dediqué a preparar mi "trampa".
Separé las mesas y en cada una dejé caer una de mis últimas adquisiciones.
Llevo toda la semana diciendo a mis alumnos que les enseñaría mis juegos nuevos y hoy es el día.
Separé las mesas y en cada una dejé caer una de mis últimas adquisiciones.
Llevo toda la semana diciendo a mis alumnos que les enseñaría mis juegos nuevos y hoy es el día.
El primero en llegar ha sido J.F. y a él a correspondido el honor de elegir juego. Se ha avalanzado sobre el Jungle Speed.
Me encanta este juego, ya que fomenta la atención, la discriminación visual y fuerza un procesamiento rápido de la reacción. ¡Es como si el juego lo hubiese elegido a él!
Primera pregunta inocente:
- ¿No daremos Lengua entonces?
Respuesta de maestra embusterilla, merecedora de un Oscar:
- Hoy nada de Lengua, toda la hora para jugar.
- ¿Y cómo se juega, Pili?
Segunda mentira de la mañana:
- Ni idea, acabo de quitarle el plástico. ¿No traerá esto instrucciones?
- Aquí están, vamos a leerlas:
- Espera J.F. Que no me he enterado qué es lo que se jugaban en la tribu esta. Por cierto, ¿cómo se llamaban? - Y a la maestra acabó creciéndole la nariz, ;) .
- ¡Qué sorpresa! Aquí está tu compañera. ¡Ya somos tres para jugar!
- ¿Y a esto cómo se juega?
(Para este último vídeo, no necesité mentir, enseguida se presentó voluntario para explicar el juego).
Y aquí termina nuestro día "sin Lengua"
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